Cerezas: el color no es solo estética

El color en la fruta no solo conquista la vista: revela su fisiología, madurez y potencial de conservación. En cerezas, cosechar en el punto justo entre el rojo caoba y el caoba es clave para equilibrar sabor, firmeza y vida de postcosecha.

En la sección Imagen del Día, descamos a Jéssica Rodríguez, ingeniera agrónoma, asesora en postcosecha y socia fundadora de Trío Kimün, quien da luces de que en postcosecha, el color no es solo estética: es fisiología, calidad y vida útil. 

Además, Jessica Rodríguez trabajó cómo ayudante de investigacion en la Universidad Católica de Chile hasta 2017 y se ha especializado en implementar y controlar los procesos para el cultivo del cerezo.

Con más de 25 años de experiencia, Jessica ha centrado su trabajo también en los estudios a la atmósfera modificada y sus efectos en el packaging de las cerezas, así como también en kiwis y arándanos. 

Rodríguez explica que una fruta muy roja puede parecer atractiva, pero aún le falta azúcar y equilibrio. Y que una cereza de tono caoba oscuro puede lucir intensa, pero ya muestra signos de sobremadurez, pérdida de firmeza y mayor riesgo en postcosecha para envíos en barco.

El desafío está en encontrar el punto justo, ese color que equilibra dulzor, textura y vida de viaje. Siendo en muchas variedades de los colores rojo caoba y caoba, señala.

Porque el color no es solo estética: es fisiología, sabor y conservabilidad

Cosechar cerezas a veces parece un arte que requiere paciencia y dedicación. La naturaleza puede ser impredecible, y cuando la toma de color es dispareja, él desafío se vuelve aún mayor, agrega la profesional.

En un escenario donde es difícil cosechar en varias pasada, minimizar colores caoba oscuros es la forma a trabajar para poder maximizar una adecuada llegada a destino con calidad.