Chile y el Codex: la CCPR56 en Santiago eleva la vara para LMR y comercio seguro

El SAG lideró la delegación nacional, condujo debates técnicos y posicionó prioridades para la adopción de LMR y guías, claves para mantener acceso a mercados exigentes bajo el paraguas del Acuerdo MSF de la OMC.

Del 8 al 13 de septiembre de 2025, Chile fue escenario de la 56ª reunión del Comité del Codex sobre Residuos de Plaguicidas (CCPR56). El encuentro, coorganizado por China y Chile, marcó un hito: por primera vez se realizó fuera de China, con más de 250 delegados en representación de 189 países miembros, además de FAO y OMS/OPS. La sede fue el Hotel Intercontinental, con inauguración encabezada por autoridades chilenas y el presidente del CCPR, Dr. Weili Shan. 

Para el sector agroexportador, la CCPR es la instancia donde se discuten y acuerdan Límites Máximos de Residuos (LMR), métodos de análisis, clasificaciones de alimentos para evaluación de residuos y cuestiones de gestión del riesgo. 

Los LMR del Codex son el referente internacional reconocido en la OMC bajo el Acuerdo MSF, lo que en la práctica traduce decisiones técnicas en condiciones de acceso a mercado y confianza sanitaria para frutas, hortalizas y granos. Que Chile haya sido sede significa mayor incidencia técnica y visibilidad de sus prioridades regulatorias. 

El rol del SAG: liderazgo técnico y agenda país

El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) no sólo articuló la logística del encuentro; también lideró la delegación chilena y presentó temas en plenaria. Según el propio SAG, Roxana Vera, jefa del Subdepartamento de Acuerdos Internacionales, coordinadora del subcomité nacional del Codex-CCPR desde hace una década, encabezó la misión y expuso dos asuntos centrales: el tratamiento de compuestos “no apoyados” sin preocupación de salud pública (línea acogida por la plenaria, con Chile presidiendo un nuevo grupo electrónico junto a Australia, Costa Rica, Kenia e India) y la base de datos de registros nacionales, tema cuyo avance fue suspendido temporalmente para reasignar esfuerzos a prioridades del Comité. 

Desde 1997, el SAG coordina el Subcomité nacional CCPR, con participación público-privada. Esa masa crítica explica el desempeño chileno en sistemas de trazabilidad y control de plaguicidas, y en ajustes regulatorios recientes que buscan modernizar la gestión del ciclo de vida de los productos, incluida la Resolución Exenta N°243/2025 y sus modificaciones, que ordenan venta, almacenamiento, manipulación y aplicación, además de nuevas prohibiciones de ingredientes activos de alta peligrosidad. Para productores y exportadores, esto se traduce en reglas más claras y una mejor alineación con estándares internacionales. 

Qué resolvió y discutió la CCPR56

La sesión de Santiago avanzó en el paquete anual de LMR respaldado por evaluaciones JMPR, revisiones de la Clasificación de Alimentos y Piensos (CXA 4-1989) y temas de consideraciones generales (por ejemplo, sustancias de bajo impacto en salud pública y procesos para revisiones paralelas de compuestos). El sistema de grupos de trabajo electrónicos (EWG) —varios con liderazgo chileno— fue clave para llevar documentos de trabajo y consensos técnicos a plenaria. FAO/Codex reportó el cierre de la sesión y agradeció la coorganización de Chile; la Comisión Europea publicó sus comentarios de agenda, útil para orientar a exportadores sobre líneas de discusión (ítems 5-7 y 9-10).

¿Por qué esto importa en el huerto y en la planta?

Porque los LMR del Codex operan como pasaporte. Una manzana o uva que cumple el LMR del Codex y la normativa del destino llega con menor riesgo de rechazos y menos costos asociados a muestreos y retenciones. En nichos de alto valor (Asia, UE, Norteamérica), la coherencia con Codex acorta brechas regulatorias y facilita contratos con retail y procesadores. En un país exportador como Chile, ser coanfitrión y actor técnico en la CCPR refuerza la credibilidad del sistema de control oficial que tanto miran los compradores. 

El SAG ha venido ajustando su marco: listas públicas de plaguicidas autorizados, prohibidos y cancelados, nuevos procedimientos y consultas para usos especiales o muestras experimentales, además de prohibiciones recientes (p. ej., tributilestaño, terbufós y metoxicloro) por riesgos a la salud y el ambiente. Todo esto reduce incertidumbre para el productor y alinea el manejo de plaguicidas con GAP y protocolos de clientes. 

Cooperación internacional: de la sala de reuniones al terreno

La coorganización China–Chile de la CCPR56 envía una señal política y técnica. El mensaje oficial del Codex subrayó el espíritu de cooperación y la celeridad de los EWG para llevar propuestas sólidas a la sesión. En paralelo, organismos regionales y multilaterales han resaltado la relevancia de alinear estándares bajo el MSF para evitar que medidas sanitarias se transformen en barreras encubiertas al comercio. Para Chile, cultivar estos vínculos apoya la diversificación de destinos y agiliza equivalencias regulatorias.

La consecuencia práctica de la CCPR56 es una hoja de ruta regulatoria que obliga a revisar etiquetas, carencias y planes de residuos en predios y packings. La recomendación para la próxima temporada es auditar programas fitosanitarios con foco en principios activos, dosis y ventanas de aplicación, y contrastar con los LMR Codex y los LMR del mercado destino. A nivel de industria, conviene monitorear la publicación del informe final y las tablas de LMR resultantes para ajustar protocolos de muestreo y planes de verificación en recepción y empaque. (Análisis propio, con base en agenda y reportes del Codex).