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24 de junio de 2025 | 07:15Ciruelos inician invierno bajo vigilancia: claves, desafíos y oportunidades

Mientras los huertos de ciruelos están en poda invernal, se anticipa una temporada marcada por desafíos climáticos y laborales. Óscar Astorga (Chileprunes) destaca el monitoreo de horas frío y el rol estratégico de la cianamida para evitar floraciones irregulares.
Los campos de ciruelo en Chile se preparan para una temporada 2025-2026 que ya comienza a definirse en medio de las podas invernales, que se extenderán por tres meses. Óscar Astorga, administrador general de Superfruit y miembro del comité Chileprunes, advierte que este invierno estará marcado por el monitoreo constante de las porciones de frío y un fuerte auge en el uso de cianamida hidrogenada, una herramienta clave cuando el clima no entrega las condiciones necesarias para una brotación uniforme.
Dice que hace semanas nadie hablaba de cianamida; hoy, todos consultan su uso y concentración, señala Astorga, aludiendo al creciente interés por este insumo que permite romper la dormancia del ciruelo ante la falta de frío acumulado, como ocurrió en la temporada 2022-2023.
“Muchas veces no se valora el invierno como se debiera, pero la experiencia de hace dos temporadas nos demostró lo determinante que puede ser”, afirma Astorga, recordando la escasez de porciones frío registrada en la temporada 2022-2023, que derivó en una brotación y floración desuniformes, afectando la calidad del fruto y su conversión.
Actualmente, los registros de porciones frío se sitúan por debajo de lo observado el año anterior, lo que ha incrementado el interés por herramientas como la cianamida hidrogenada. Este producto, ampliamente utilizado en la fruticultura, permite romper la dormancia e inducir una brotación más pareja y controlada.

Migración de mano de obra del cerezo al ciruelo
Astorga, quien además administra un predio de 540 hectáreas, señala otro fenómeno relevante es la migración de contratistas agrícolas provenientes del sector cerecero hacia el ciruelo, motivados por la baja rentabilidad en la última campaña de cerezas. “Hoy hay cuadrillas completas de Santa Cruz o Chimbarongo buscando trabajo en ciruelos. Para nosotros, eso significa mayor seguridad de contar con mano de obra calificada para la poda”, afirma Astorga.
La industria se adapta así a un escenario cambiante, donde la tecnificación, planificación y manejo del recurso humano serán claves para enfrentar las condiciones climáticas adversas y asegurar una temporada productiva eficiente.
El invierno y la dormancia
En invierno, los ciruelos en Chile entran en un período de dormancia, preparándose para la siguiente temporada de crecimiento. Durante este tiempo, es crucial que reciban suficientes horas de frío (por debajo de 7°C) para romper la dormancia y asegurar una floración adecuada.
Las variedades de ciruelos europeos, por ejemplo, requieren más de 500 horas de frío, idealmente más de 600, para una floración pareja y homogénea. Las labores de poda también se realizan en invierno, antes de la brotación de las yemas, para ayudar a los árboles a recuperarse y prepararse para el clima cálido.
Consideraciones importantes para los ciruelos en invierno en Chile:
Horas de frío: Es fundamental que los ciruelos reciban la cantidad adecuada de horas de frío durante el invierno para asegurar una buena floración en primavera.
Poda: La poda de invierno, realizada antes de la brotación de las yemas, es una práctica común para mejorar la salud y productividad del árbol.
Variedades: Diferentes variedades de ciruelos tienen distintos requerimientos de horas de frío, por lo que es importante elegir variedades adecuadas para la zona de cultivo.
Heladas: Si bien los ciruelos pueden tolerar bajas temperaturas, las heladas tardías pueden dañar las flores y frutos en desarrollo.
Dormancia: Durante el invierno, los ciruelos entran en un estado de dormancia, donde reducen su actividad metabólica en preparación para el crecimiento futuro.
Agradecimientos a Chileprunes en sus aportes en el desarrollo de este contenido.