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19 de junio de 2025 | 06:45Rafael Rodríguez: El desafío de producir y vender uva de mesa en un mercado saturado

El presidente de UVANOVA habla de la sobreoferta global que presiona los precios, y ventanas comerciales cada vez más estrechas. La uva de mesa chilena enfrenta desafíos: clima, logística, calidad, variedades y gran competencia internacional.
Rafael Rodríguez, presidente de UVANOVA, en su exposición realizada en GrapeTech 2025, realizado ayer en Monticello, advierte sobre las ventanas comerciales más estrechas para la uva de mesa chilena, impactos del cambio climático y la necesidad de fortalecer el branding en un mercado cada vez más competitivo.
El llamado de UVANOVA es claro: ajustar la producción a la demanda real, mejorar el posicionamiento de la fruta chilena a través del branding y estar atentos a los cambios globales, entre otras medidas.
En el marco de una amplia reflexión sobre el presente y futuro del sector productor y exportador de la uva de mesa, Rodríguez entregó un análisis sobre el estado actual de la producción de uva de mesa en Chile y a nivel internacional. Las advertencias son: el exceso de oferta global está presionando los precios y la industria chilena que debe adaptarse rápidamente para seguir siendo competitiva.
Durante su intervención, dijo que otros desafíos son los logísticos y el creciente protagonismo de países como India, México y Brasil en el mercado internacional. “Las ventanas comerciales que antes eran exclusivas de Chile hoy se están cerrando. No porque no podamos participar, sino porque debemos ser más competitivos que nunca”.
Uno de los puntos críticos abordados fue el exceso de fruta en los mercados, especialmente desde China, cuya producción masiva ha inundado los canales de exportación. “Estamos viendo 300 millones de cajas compitiendo en el mundo. Eso es 50 veces lo que produce Chile. Esta sobreoferta tiene consecuencias directas en los precios que recibimos”.
Asimismo, Rodríguez explicó que si bien el consumo de uva de mesa ha crecido —con Estados Unidos consolidándose como uno de los mercados más importantes para Chile—, el exceso de volumen ha debilitado los retornos para productores sudamericanos, particularmente a principios de año cuando coincidieron en el mercado Perú y Chile.
En relación a la logística, mencionó la creciente complejidad de las rutas marítimas, encarecidas por conflictos geopolíticos y problemas operativos. “Los fletes desde India pasaron de 12 a 40 días. Los costos se disparan, y eso afecta a todos los actores del sistema exportador”, afirmó.
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También Rodríguez destacó la importancia del trabajo colaborativo regional. “Hoy más que nunca necesitamos alianzas entre productores, exportadores y autoridades. El éxito futuro dependerá de la capacidad que tengamos para planificar, diferenciar y ajustar nuestras producciones a las nuevas demandas del consumidor y del planeta”.
Rodríguez subraya que la uva de mesa chilena enfrenta una presión competitiva creciente en los mercados internacionales. Productores de otras latitudes han mejorado significativamente sus variedades y técnicas de cultivo, lo que exige a Chile una constante reinvención. "Ya no basta con producir en volumen; la clave ahora es la calidad, la diferenciación y la sostenibilidad de todos los actores de la cadena.", afirmó el presidente de UVANOVA en una reciente declaración.
Renovación varietal y tecnología
Uno de los puntos críticos que destaca Rodríguez es la necesidad imperante de renovación varietal. Si bien Chile ha sido históricamente reconocido por sus variedades tradicionales, la demanda del consumidor global se inclina cada vez más hacia uvas con características específicas: mayor calibre, mejor sabor, vida útil más prolongada y resistencia a enfermedades.
Valoró los avances en calidad varietal y el aprendizaje en el manejo postcosecha. “Ya no estamos en la etapa de soñar con nuevas variedades: estamos aprendiendo a manejarlas mejor y a aprovechar sus ventajas para posicionarnos mejor en los mercados".
El impacto del cambio climático también figura como una preocupación central. Clima extremo como sequías prolongadas o lluvias inoportunas, representan un desafío directo para la producción. En este sentido, Rafael Rodríguez resalta la importancia de adoptar tecnologías de riego eficientes y prácticas agrícolas resilientes que aseguren la estabilidad y productividad de los huertos.
En cuanto al contexto climático, Rodríguez fue enfático: “Estamos enfrentando eventos cada vez más extremos. Esto nos obliga a pensar en proyectos agrícolas más resilientes, capaces de adaptarse a nuevas realidades, incluyendo alza de temperaturas y estrés hídrico”.
A pesar de los desafíos, el panorama no es desalentador. Rodríguez vislumbra importantes oportunidades para la uva de mesa chilena. La creciente preocupación por la seguridad alimentaria y la trazabilidad en los mercados de destino posiciona a Chile favorablemente, dada su reputación como proveedor confiable y con altos estándares sanitarios. Además, la exploración de nuevos mercados en Asia y el desarrollo de estrategias de marketing más sofisticadas para destacar la "Marca Chile" pueden impulsar el crecimiento.