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10 de octubre de 2025 | 07:00Columna: 7 prácticas de riego de precisión para lograr arándanos más firmes y resistentes
Cada una de estas prácticas proviene de años de experiencia y resultados en campo. En un cultivo perenne que "recuerda" el estrés del año anterior, la precisión es la diferencia entre alcanzar los objetivos de empaque o no lograrlo.
Maoz Aviv, gerente de Desarrollo Comercial de Rivulis Climate.-
El arándano se ha convertido en uno de los cultivos estrella de la horticultura moderna y en un motor clave de la agroexportación en países como Perú, Chile y Argentina. Perú, por ejemplo, alcanzó en 2024 exportaciones por US$ 2,270 millones —más de 317,800 toneladas— consolidándose como el primer exportador mundial de esta fruta, según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI).
No obstante, el arándano también es uno de los cultivos más exigentes: sus raíces finas y superficiales, sus estrictos requerimientos de pH y su sensibilidad tanto a la sequía como al exceso de humedad demandan una gestión altamente precisa del agua, los nutrientes y el clima.
Frente a este escenario comparto siete prácticas clave de riego de precisión para lograr un cultivo exitoso:
Trate a los arándanos cultivados en suelo como un sistema hidropónico: Al cultivarse en camas elevadas, casi el 100% del agua y los nutrientes provienen del riego, no de la lluvia. Esto exige un manejo tan controlado como en un sistema hidropónico.
Aplique pulsos cortos y frecuentes para proteger la zona radicular: Riegos de menos de 15 minutos, varias veces al día, mantienen un balance adecuado de oxígeno y humedad, reduciendo riesgos de encharcamiento y enfermedades.
Instale dos líneas de goteo para asegurar uniformidad y mayor rendimiento: Dos laterales por cama permiten que el agua y los nutrientes lleguen de manera pareja, mejorando el crecimiento y evitando pérdidas por obstrucciones ocultas.
Gestione activamente el pH, no solo lo corrija: Los arándanos requieren un pH entre 4.5 y 5.0. Un ligero desajuste puede limitar la absorción de nutrientes esenciales, por lo que se recomienda monitoreo constante y ajustes mediante fertirrigación.
Calibre el riego según el clima y la etapa fenológica del cultivo: La demanda de agua varía: en verano puede alcanzar hasta 10 mm por día. Ajustar el riego según la etapa del cultivo y las condiciones climáticas optimiza calidad y vida de anaquel.
Incorpore estrategias para construir resiliencia climática en el sistema: En distintas zonas del Perú, las heladas primaverales pueden afectar la floración y reducir la producción de los cultivos. Con los sistemas de protección contra heladas, como el microaspersor Flipper, es posible resguardar los campos y el rendimiento de la cosecha.
Integre la fertirrigación con el riego de precisión: Aplicar nutrientes a través de las líneas de goteo, en dosis bajas y frecuentes, favorece la absorción, mejora la firmeza de la fruta y reduce pérdidas ambientales.
Cada una de estas prácticas proviene de años de experiencia y resultados en campo. En un cultivo perenne que 'recuerda' el estrés del año anterior, la precisión es la diferencia entre alcanzar los objetivos de empaque o no lograrlo.


