Nueva regla del DOF para el aguacate: sin tala, sin trabajo infantil y con trazabilidad social

La disposición entra en vigor y fija 60 días para definir procedimientos; su implementación operativa comenzará el 1 de abril de 2026. Sader, Semarnat, STPS e IMSS integrarán la Comisión y coordinarán verificaciones desde su ámbito.

El Diario Oficial de la Federación publicó una nueva disposición que instala una Comisión Técnica para blindar la exportación de aguacate con tres exigencias indeclinables: origen en terrenos libres de deforestación, cumplimiento de requisitos fitosanitarios y condiciones de trabajo digno, con exclusión total del trabajo infantil. 

La norma entra oficialmente en vigor, pero abre una ventana de 60 días para aterrizar procedimientos y mecanismos de operación. El calendario fija un hito claro para el sector: la implementación del acuerdo comenzará el 1 de abril de 2026, fecha a partir de la cual cada embarque deberá demostrar, con evidencia verificable, que su cadena productiva cumple con los nuevos estándares ambientales y sociales.

La Comisión Técnica estará integrada por las Secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Trabajo y Previsión Social (STPS) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Cada institución actuará desde su ámbito: agricultura y trazabilidad productiva; salvaguarda ambiental y verificación de no deforestación; inspección laboral y erradicación de trabajo infantil; y formalización de empleo y seguridad social. La coordinación interinstitucional será el eje para convertir la norma en controles operativos, auditorías documentales, visitas de campo y validaciones tecnológicas que acompañen al fruto desde el huerto hasta la frontera. 

La Comisión podrá invitar a otras dependencias y representantes del sector exportador cuando el caso lo amerite, asegurando que los criterios técnicos se apliquen con conocimiento de terreno. 

Además, se establece la figura de suplencias con rango de Dirección General, para garantizar continuidad en la toma de decisiones. La Secretaría Técnica recaerá en la Subsecretaría de Agricultura, cuyo encargado, Julio Antonio Berdegué Sacristán, coordinará la agenda y la ejecución de acuerdos.

Para productores y exportadores, el mensaje es inequívoco: la licencia de exportar aguacate se sostendrá en una triple trazabilidad. Primero, trazabilidad ambiental, que implica demostrar con cartografía histórica, certificados y monitoreo geoespacial que los huertos no han expandido frontera agrícola a costa de bosques. Segundo, trazabilidad social, que acredite relaciones laborales formales, registro ante el IMSS, jornadas y salarios conforme a ley, y mecanismos efectivos de prevención y denuncia para erradicar el trabajo infantil. Tercero, trazabilidad sanitaria, con cumplimiento fitosanitario en huertos y empacadoras, y documentación alineada a los mercados de destino. Este rediseño del “pasaporte” del aguacate no solo responde a nuevas exigencias internacionales —incluyendo compradores que demandan cadenas libres de deforestación—, sino que también protege la reputación del producto mexicano en un momento de expansión comercial.

El sector deberá aprovechar el período previo a 2026 para cerrar brechas: actualizar mapas y expedientes de predios, ordenar la documentación laboral y de seguridad social, y reforzar los protocolos fitosanitarios en huertos y plantas. En paralelo, la Comisión definirá cómo se acreditarán los criterios, qué evidencias serán aceptadas y qué ocurrirá ante incumplimientos. 

Con esta disposición, el Estado mexicano coloca al aguacate en la vanguardia de las exportaciones agroalimentarias con sello de sostenibilidad y justicia laboral, elevando el estándar de entrada a los mercados sin dejar margen a la deforestación ni a la explotación infantil. Para una fruta que conquistó al mundo por sabor y consistencia, la próxima variable competitiva será demostrable: sustentabilidad y trabajo digno en cada caja.