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22 de agosto de 2024 | 07:05

¿Por qué se caen los árboles... ciclo acelerado o deterioro?

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El confinamiento de las raíces debido a la compactación del suelo, la cercanía a cimientos, o tazas pequeñas, impiden su desarrollo, dejando al árbol más susceptible al desarraigo ante vientos fuertes.

Por María Paulina Fernández, académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile

El 1 y 2 de agosto, Santiago vio ráfagas de viento de 125 km/h, superando los 76 km/h de 1968. Cayeron unos 1.800 árboles, muchos sobre el tendido eléctrico, afectando a 650.000 clientes. Un recorrido con Eduardo Pérez Juricic nos permite sacar lecciones de esta experiencia.

La causa raíz

En gran parte de los árboles caídos hay daño por intervenciones que eliminaron raíces esenciales para la estabilidad del árbol. Estas fueron realizadas hace varios años. Al contrario de lo que se cree, las raíces se distribuyen principalmente en los primeros 50 cm del suelo y alcanzan un radio mayor al de la copa, por lo que la instalación de veredas; zanjas para conductos; pavimentación; intervenciones en plazas instalando solerillas, senderos pavimentados; intervenciones en estacionamientos y entradas de autos; entre otras, que signifiquen cortar raíces, afectan la estabilidad del árbol.
 

La corta de raíces es una vía para el ingreso de hongos de pudrición, afectando la integridad física del árbol de manera invisible que tarda años en manifestarse externamente. Muchos de los árboles caídos tienen pudriciones a nivel de la base del árbol y en las raíces, a pesar de parecer exteriormente un ejemplar sano.
 

El confinamiento de las raíces debido a la compactación del suelo, la cercanía a cimientos, o tazas pequeñas, impiden su desarrollo, dejando al árbol más susceptible al desarraigo ante vientos fuertes. En nuestro recorrido, fue frecuente observar árboles caídos con una mínima cantidad de raíces, producto del confinamiento.

La poda y el rebaje de copa. Parte del problema y no la solución

Las podas y reducciones de copa, por el supuesto peligro de desganche de grandes ramas o caída de árboles altos resulta contraproducente. Extraer grandes ramas o rebajar la altura del árbol lo expone a agentes patógenos que causan pudrición, debilitándolo estructuralmente en un periodo de 4 a 10 años. El resultado es desganche de ramas cercanas a zonas afectadas. La poda provoca la muerte de parte del sistema radicular. El árbol pierde producción de nutrientes que, entre otras cosas, alimentan a las raíces afectando el balance. Esta muerte lleva a la pudrición radicular, contribuyendo aún más a la inestabilidad del árbol.

Las lecciones

Las intervenciones al arbolado urbano no suelen tratarse con la importancia que merecen. Es necesario saber que cuando se planta un árbol nos comprometemos con un individuo que puede alcanzar grandes dimensiones y 150 años de vida. La elección de la especie y la situación espacial deben ser cuidadosamente analizadas para asegurar su viabilidad. Así también hay que formar al árbol del futuro hoy, realizando, si fuese necesario podas muy tempranas de tal manera de evitar los problemas futuros. Y en la necesidad imperiosa de realizar trabajos en el suelo que afecten a las raíces, evaluar la magnitud del daño durante la intervención y dejarla documentada, para definir a tiempo si ese árbol no pasará a una situación de riesgo en un futuro cercano.

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