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13 de mayo de 2025 | 06:00Panorama de incertidumbre: A 13 años del TLC Colombia-EEUU

El 15 de mayo será el aniversario del acuerdo comercial, en el que los bienes del agro han sido beneficiados. Sin embargo, las relaciones comerciales entre ambos países atraviesan uno de los momentos más difíciles de su historia bilateral.
De acuerdo con la superstición, el número 13 es de mala suerte y más aún en Estados Unidos donde no existe ese piso en los edificios y hoteles. Precisamente, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Colombia atraviesan uno de los momentos más difíciles de su historia bilateral, justo cuando se aproxima el aniversario 13 desde que entró en vigencia el TLC, el 15 de mayo de 2012.
“A manera de balance del TLC, del lado colombiano, aunque los bienes minero energéticos han perdido terreno, vemos que los no minero energéticos han tenido un desempeño importante, con sectores ganadores por el lado de agro y manufacturas, especialmente los demás azúcares de caña o de remolacha, hierbas aromáticas, limón Tahití, filetes de tilapia, uchuva, aguacate Hass, puertas y ventanas, transformadores de dieléctrico líquido, y tarjetas inteligentes”, manifestó Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo de Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex.
Igualmente, en los 13 años del acuerdo, se dio un incremento del 39,1% en la cantidad de subpartidas exportadas por Colombia (de 1.154 a 1.605). Aunque este crecimiento es importante en términos absolutos, comparativamente otros acuerdos comerciales más antiguos o recientes han mostrado un desempeño más dinámico en expansión exportadora.

En tanto que, a 13 años de la entrada en vigor del acuerdo comercial entre Colombia y Estados Unidos, la variación de empresas exportadoras es del 30%, al pasar de 1962 compañías a 2.551, es decir 589 nuevas.
Desafíos actuales
De acuerdo con Javier Díaz, “creemos que, con la mayoría de países, no se van a quitar del todo ese 10% de aranceles y van a hacer algunos grupos de productos específicos los que queden exceptuados. Eso esperamos que suceda con Colombia, aunque nos han dicho que el país no ha presentado una propuesta formal de negociación hasta el momento. El TLC actualmente sufre esta guerra comercial, porque el argumento de seguridad nacional se ha impuesto por encima de todo”.
El dirigente gremial complementó que “debemos trabajar fuertemente en solucionar todos los irritantes que hay actualmente, para no caer en un tema arancelario aún peor. Habrá que estar atentos al tema de la posible pérdida de certificación en la lucha contra el narcotráfico, al igual que la intención de adhesión de Colombia a la iniciativa de China de La Franja y la Ruta. Creemos que no es el mejor momento para realizar esto”.
Principales productos importados
Al analizar la canasta de importación de bienes estadounidenses, se puede evidenciar que los 15 principales productos representan aproximadamente la mitad del valor de las compras externas colombianas.
En dicha matriz resaltan productos como derivados del petróleo, maíz y bienes de alto valor agregado como aviones o medicamentos. Lo anterior demuestra que Estados Unidos es un socio comercial fundamental, no solamente en lo concerniente a la importación de bienes de consumo, sino también de bienes de capital y materias primas, que son cruciales para la producción nacional.
Productos como el maíz duro amarillo y los derivados de la soya (como tortas y residuos sólidos del aceite de soya), representan insumos clave para la industria alimentaria y pecuaria de Colombia. El maíz duro amarillo, con un crecimiento del 44,2% en sus importaciones desde EE. UU. durante 2024, alcanza una participación del 8% dentro del total importado desde ese país, consolidándose como uno de los principales productos en la relación bilateral.
Su relevancia radica en que estos productos son fundamentales para la producción de alimentos concentrados, destinados a la nutrición de animales (aves, porcinos y bovinos), que, a su vez, impactan directamente el costo de productos básicos como carne, huevos y leche. En consecuencia, cualquier variación en sus precios internacionales o en las condiciones comerciales (aranceles, restricciones logísticas o tipos de cambio) tiene un efecto directo sobre el costo de vida de los colombianos, al influir en el precio final de los alimentos de la canasta básica.